Fuente: Aceprensa Publicado: 04-03-2010
Al-Sammak fue el primer musulmán invitado a participar en un Sínodo de Obispos, el especial sobre el Líbano que Juan Pablo II convocó en 1995. Es también uno de los 138 líderes musulmanes que firmaron la carta “Una palabra común entre vosotros y nosotros”, dirigida a Benedicto XVI y a los diversos jefes de las Iglesias y confesiones cristianas.
Sobre el estado de las relaciones islamo-cristianas en Oriente Medio, advierte que “debemos tomar conciencia del hecho de que hay diferencias entre nosotros, y crear una cultura fundada en el respeto de estas diferencias y en la aceptación de la convivencia con ellas. Ninguno de nosotros puede abolir ni imponer su propio estilo de vida sobre los demás. La diversidad y la pluralidad en nuestras sociedades árabes, cristianas y musulmanas, son un componente vital y fundamental y también un componente histórico”.
Le preocupa la emigración de los cristianos de Oriente Medio, lo que considera “un desastre no sólo para los cristianos sino también para los musulmanes, y lleva a la desintegración de esa sociedad y a la falta de la riqueza de la diversidad y de las competencias de carácter científico, económico, intelectual y cultural de los cristianos que emigran”.
Además, “el éxodo de los cristianos da un mensaje indirecto al mundo: que el Islam no acepta al otro y no puede vivir con los demás. A este punto, el otro mundo o el mundo occidental en general, siguiendo esta lógica, tendría también el derecho de decir: si los musulmanes no aceptan la presencia cristiana entre ellos, prácticamente una presencia auténtica e histórica, ¿por qué debemos aceptarles nosotros en nuestras sociedades?”.
Al-Sammak se declara orgulloso de haber impulsado la iniciativa que ha llevado a que el gobierno libanés declarara el 25 de marzo fiesta común de musulmanes y cristianos.