Comunicado conjunto. A raíz de la polémica generada en Suiza, la Fundación Migra Studium y el Centro de Estudios “Cristianismo y Justicia” promueven, entre otras entidades cristianas, un comunicado conjunto.
COMUNICADO DE ENTIDADES CRISTIANAS EN DEFENSA DE LUGARES DE CULTO DIGNOS PARA LA COMUNIDAD MUSULMANA
A raíz de la polémica generada en Suiza, a partir de un referendo que prohíbe la construcción de minaretes en todo el país, la Fundación Migra Studium y el Centro de Estudios “Cristianismo y Justicia” promueven, entre otras entidades cristianas, un comunicado conjunto manifestando su apoyo para que la comunidad musulmana pueda rezar en Europa en lugares dignos. En un mismo sentido se pronunció el Vaticano con motivo de este referéndum.
A partir de este principio ético y universal que dice: “no quieras para tu hermano lo que no quieras para ti”, declaramos que la misma libertad religiosa que deseamos que los cristianos tengan en los países de mayoría musulmana, la hemos de ofrecer aquí, en una tierra de raíces principalmente cristianas y humanistas, que se ha abierto progresivamente, primero en la tradición secular y más recientemente a la pluralidad religiosa. A raíz de esta apertura hemos redescubierto que muchas de estas tradiciones que hoy están implantadas en nuestro país, no han sido ajenas a la configuración de nuestra historia y son por tanto, reconocidas oficialmente como comunidades de notorio arraigo.
La comunidad musulmana es una de estas comunidades, firmó con España unos acuerdos de cooperación en 1992, por los que se reconocían muchos derechos que aún hoy no se han llevado a cabo. El derecho a abrir lugares de culto era uno de esos derechos reconocidos. Pues bien, el hecho de que existan mezquitas que no estén simplemente en los bajos de los edificios, forma parte de la dignidad de los individuos que constituyen la comunidad musulmana. El minarete, hermano del campanario, simboliza en Europa la normalización de la presencia de esta confesión y forma parte intrínsecamente de la dignificación de sus lugares de culto. Por eso, por caridad cristiana y por justicia, y porque no queremos volver a épocas pasadas donde las otras confesiones o religiones eran toleradas si no se “veían”, no podemos más que mostrarnos a favor de su existencia.
Reconocemos que como todas las cosas buenas, también ha existido a veces una corrupción del significado de los minaretes, que ha hecho de ellos más un símbolo de ostentación que de un llamamiento humilde a la postración ante Dios. Pero sabemos que esto son sólo corrupciones del verdadero Islam, ya que el Islam cree firmemente que el lugar de mayor acercamiento a Dios, es precisamente el de mayor bajada, el de la postración o sujûd. Sabemos que el verdadero Islam enseña una moderación en todo, incluso en cuanto a la altura de los minaretes, según los hadissos del Profeta Muhammad. Por eso afirmamos que no debe haber ninguna contradicción entre el hecho de construir minaretes y las normativas paisajísticas vigentes.
El referéndum sobre los minaretes en Suiza nos ha impulsado a redactar esta declaración. Su resultado nos parece muy preocupante y, por las encuestas que los diversos diarios españoles han realizado, sabemos que nuestra sociedad es capaz también de dejarse llevar por estas pulsiones anti-islámicas. Todo esto es signo de una realidad de convivencia que no siempre es fácil.
Es innegable que toda nueva manifestación religiosa y cultural, requiere de un largo tiempo de asentamiento hasta que la sociedad de acogida la incorpora como propia. Somos conscientes de las dificultades.
Pero no se puede hacer pagar el Islam moderado por los excesos de los violentos, ni el rechazo a los minaretes es el medio adecuado para luchar contra el extremismo. Más bien, si para evitar las dificultades de convivencia y los extremismos, nos dedicamos a prohibir elementos que no tienen nada que ver, estaremos abocados a una desafección de la comunidad musulmana ya una potenciación del extremismo de consecuencias impredecibles. Apenas después del año en que hemos recordado con vergüenza la expulsión de los moriscos (1609), no debemos pensar que esto no puede volver a pasar.
Por ello, movidos por la esperanza cristiana queremos trabajar por una sociedad cohesionada donde todos tengamos cabida. No hablamos a partir de unos buenos deseos utópicos e idealistas, sino desde la experiencia de un montón de situaciones y de realidades donde la convivencia fraternal es la norma habitual.
Entidades adheridas:
Acció Catòlica Obrera (ACO); Apostolat del Mar de Barcelona; Arrels Fundació; Comunitat Monàstica Benedictina de Puiggraciós; Comunitat Vedruna de Igualada; Ekumene; Equip de Pastoral Obrera de Badalona i Sant Adrià; Fundació Ared; Fundació Bayt al Thaqafa; Fundació Pere Tarrés; Germanetes de l´Assumpció; Joventut Obrera Catòlica (JOC); Justícia i Pau; Servicio Jesuita Migrantes-España; Comunitat Parroquial del Carme de Barcelona; Comunitat Escolapia de la Parròquia del Carme de Barcelona; El Lloc de la Dona-Hermanas Oblatas.
Personas adheridas:
Federico Mayor Zaragoza; Consol Palomar; Natalia Torelló; Mª Pilar de la Vega; Mª Teresa Sivill; Joaquim M. Cervera i Durán; Mª Pau Trayner i Vilanova; Mª Teresa Alegre i Santamaría; Irene Valera i Montes; Montserrat Baró; Esperanza Vidaurre i Mariezcurrena; Carmen García; Montserrat Derch; Eugenia Curto; Irene Obradors i Palau; Enric Xercavins i Valls; Ana Gimeno i Cristóbal; Fina Nuria Miralles; Teresa Morlas; Lucía Arcediano i Sanz; Mª Carmen Gómez; María Bas i Peired; Ignacio Rosales; Rosa Alberti; Albert Moliner i Fernández; José Manuel Bermejo i Laguna; Mª Dolors Fernández i Alegra; Maria Maragall Garriga; Montserrat Pousa i Tarrés; M. Lurdes Solé Camañes; Daniel Ramos Seisas; M. Carmen Ibáñez Porcel