En muchos casos, el hecho de ser un matrimonio mixto, puede ser causa de expulsión de ciertas comunidades (judías, musulmanes, algunas ramas cristianas de interpretaciones rigoristas).
Uno se pone a pensar que si el Eterno es un dios para todos, y universal, no debería ser discriminatorio.
Dios no discrimina, sino que nos guia y el sabe que es lo mejor para el matrimonio y la familia.
Mientras en el estado de "enamoramiento", no vemos ni defectos ni problemas, todo lo damos y todo aceptamos, todo esta bien, todo es felicidad. Pero cuando esa etapa de obnubilación pasa, nos va quedando lo que realmente es la persona. Va deshojando esa imagen irreal, nos va dejando lo real, lo palpable, los defectillos empiezan a aflorar, y en principio podemos pasar por alto, pero con mas tiempo, necesitaremos mucha paciencia para poder aceptarlos como tales. No es fácil, y mucho depende de la personalidad y el carácter de cada uno.
Tambièn debemos pensar SIEMPRE, que no es "el otro" el que tiene defectos. Tu compañero o compañera, también pasará por ese proceso que es normal, y verá defectos en ti y deberá por tanto, armarse de paciencia para comentártelo o soportarlo.
Si a eso, le agregamos que ambos han crecido y criado en culturas y religiones diferentes, la cosa se puede poner chunga.
Es por eso que Dios, conocedor de nuestras debilidades, aconseja lo mejor para nosotros, para nuestra felicidad y para formar una familia en un ambiente amable y para que los niños crezcan dentro de una familia contenedora emocionalmente.
En ningùn caso se remarca que lo peor es casarse con alguien que no profesa tu fe (que yo siempre digo y es el motivo del blog, el mensaje divino es el mismo, solo que las doctrinas, según la cultura en donde surge, es lo que hace las diferencias ), sino que en la gran mayoría de los casos, es complejo y difícil de compatibilizar. PERO NO IMPOSIBLE, hay casos y son ejemplo de mi total admiración. También es cierto que son casos en los que uno de los dos, no profesa fielmente o practica con conciencia su fé, por tanto suele pasar por alto las normativas de la suya.
Lo cierto es que en los tres caminos revelan lo mismo, que uno y otro es un complemento, que para que el hombre y la mujer sean completos en esencia , necesitan de la otra parte, de su compañera o compañero. Es el propósito de Dios que nos multipliquemos y podamos perpetuar la especie, siempre interconectados respetuosamente con la naturaleza que es parte de la creaciòn de Dios. (plantas, animales, agua, montaña, aire, etc)
Podemos encontrar prohibiciones tácitas a matrimonios mixtos en los libros sagrados, como en la Torah, o Antiguo testamento, donde Dios le ordena a los judíos que no den a sus hijas e hijos a los hijos de los gentiles. Esta orden fue dada cuando El Eterno dio la orden de tomar las tierras de los cananeos y destruir todo y a todos y quedarse con el botín.
Deuteronomio 7:3 No emparentarás con ellas, no darás tu hija a su hijo ni tomarás a su hija para tu hijo. 4 Porque apartará de mí a tu hijo, que serviría a dioses ajenos. Entonces el furor de Jehová se encenderá contra vosotros y os destruirá bien pronto
En alusión a este pasaje Dios es contundente, sabe que el hecho de convivir bajo el mismo techo con una mujer o con un esposo de otra creencia, terminarán abandonando su fé, desviándose del propósito de Dios para ese pueblo. Porque en este caso, Dios había tomado a este pueblo para sí y debían mantenerse "limpios" de toda idolatría y costumbres poco higiénicas o bárbaras. (ofrendas humanas a los dioses, beber sangre humana, etc)
Es interesante la sugerencia que hace San Pablo en su cartas a los 1 Corintios 12-16
A los demás yo digo, no el Señor,i que si algún hermano tiene una mujer que no es creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. Y si una mujer tiene marido que no es creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone, porque el marido no creyente es santificado por la mujer; y la mujer no creyente, por el marido. De otra manera vuestros hijos serían impuros, mientras que ahora son santos.j Pero si el no creyente se separa, sepárese, pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a vivir en paz nos llamó Dios. ¿Qué sabes tú, mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, marido, si quizá harás salva a tu mujer?
No obstante, en 2 Corintios 6:14 hay un pasaje que nos dice asi:
No os unáis en yugo desigual con los incrédulos, porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión, la luz con las tinieblas?
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¿Qué armonía puede haber entre Cristo y Belial?k ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? |
Aquí una frase que utiliza la Iglesia (cualquiera sea su rama) como argumento elemental de la prohibición del matrimonio mixto. Sin embargo, y en las palabras tan contundentes y fuertes, como "injusticia", " tinieblas", "Belial" (el maligno), no serían palabras justas para calificar a un no creyente sin conocer sus intenciones. Esto si lo enfocamos al matrimonio, contradice su intención de que si es elecciòn de que el creyente y no creyente permanezcan unidos, y que no se separen puesto que quizá por la o el creyente el otro pueda salvarse y aquí lo defenestra totalmente.
Leyendo el capitulo entero, se entiende que nos esté indicando que no te juntes con la malas personas, gente que aparte de no creyente, vive en la maldad, es dañina. En ese caso , un cristiano que hace el bien y ama a Dios, no tiene cabida que se junte con ellos. Indudablemente que si tu futuro esposo o esposa, es una mala persona, maltratadora, pendenciero, y que altera todo orden espiritual de tu creencia, tu mismo darás cuenta que la relaciòn no irá a ninguna parte.
En el Islam, ocurre otra cosa y es que El Profeta Muhammad,(sas) sí, ha tenido matrimonios mixtos, e hijos del mismo. No obstante, siempre fueron entre mujeres "del Libro" o sea, mujeres judias o cristianas. Y tiene base en esta cita coránica:
Hoy se os permiten las cosas buenas. Se os permite el alimento de quienes han recibido la Escritura, así como también se les permite a ellos vuestro alimento. Y las mujeres creyentes honestas y las honestas del pueblo que, antes que vosotros, había recibido la Escritura, si les dais la dote tomándolas en matrimonio, no como fornicadores o como amantes. Corán "La Mesa Servida 5)
Y no se permite en las idólatras:
No os caséis con las idolatras a menos que acepten la fe; una esclava creyente es mejor que una idolatra aunque os guste, y no caséis a los idolatras con vuestras mujeres a menos que acepten la fe; un esclavo creyente es mejor que un idolatra aunque os guste. Ellos conducen al Infierno, mientras que Allah os promete el Paraíso con Su anuencia y el perdón y aclara Sus preceptos a los hombres para que recapaciten." (La Vaca 2:221)
No obstante es diferente para la mujer musulmana. Tenemos un relato acerca de que una de las hijas del Profeta Muhammad (sas), Zainab, estaba casada con un no musulman, y había batallado contra el propio Profeta, o sea, contra su suegro. El quedó prisionero, sin embargo, Zainab pagó su rescate con un collar, que luego ese collar fue devuelto a ella por parte de los musulmanes. Conociendo la realidad, Muhammad no le pidió que se divorciara de su marido debido a que Zainab sufría mucho si la separaban de él, Pero si, sucedió esto sino años mas tarde en otras circunstancias.
Los sabios a través de los tiempos han interpretado que la mujer no conviene que se case con un no musulmán. Y esto es debido a que, como religión patriarcal, y la mujer aunque mantenga sus derechos y obligaciones casi a la par que su esposo, éste, igual que en el Judaísmo y en el Cristianismo, es cabeza de familia y por tanto, su palabra es su dirección en la casa. Y los hijos bajo padre musulmán serán musulmanes. Pero los hijos bajo un padre no musulmán, serán criados como no musulmanes y habría discordia familiar y apostasía.
La mujer puede enseñar a sus hijos en su religión, pero si el marido no quiere, será un gran obstáculo para que los niños permanezcan en la fé y ella también.
Por todo lo expuesto, vemos que las líneas de los diferentes caminos es por bien de la armonía familiar y conyugal poner los ojos en personas dentro de la misma comunidad religiosa.